Una mancha dorada se extiende por un cielo celeste. Opaca. Sin forma definida se desplaza ascendiendo, buscando el cenit. Trata de desalojar rápido la oscuridad ya en retroceso. Quiere enviarla al olvido, que tendrá poca duración menos de un día. Y va contagiando a la ciudad de claridad. Los edificios van absorbiendo colores y devolviendo tonalidades grises con ribetes amarillos que lo cruzan en diagonales verticales.
La luz va ocupando espacio. Los rayos se demoran en obstáculos y trazan en el suelo contornos oscuros, figuras definidas por ausencia. Alargadas, finas, estiradas hasta donde llegan. Se proyectan sobre aceras de colores pálidos bañados por la semi penumbra corta, sobre avenidas delgadas, sobre edificios que juegan a las escondidas sin esquivarse.
Y transeúntes traviesos persiguen los bordes dibujados en el suelo. Con pasos distraídos recorren los senderos diseñados por finas líneas que separan luz y oscuridad. Hacen equilibrio sin asomarse al vértigo de la altura. Cambian de rumbo sorteando obstáculos. Acompañan el sombreado al encogerse mientras el sol avanza. Buscan interpretaciones imaginativas que les permita liberar la mente de la prisión de la rutina. Interpretan líneas asociándolas a recuerdos lejanos. Trazan relaciones caprichosas con recuerdos que desean abandonar su anonimato.
Cada uno genera su universo en bing bang individuales. Universos paralelos que no interactúan, que se ignoran, que se excluyen. Cada paseante libera construcciones fantásticas, de diseño extraído de cada historia pasada, de cada experiencia. Castillos, quebradas, mares, navíos, cavernas. Habitados y frecuentados por seres extraños o viejos conocidos. O aguardando que toquen a su puerta y recorran sus habitaciones. Esperan que la remembranza sin orientación, recrea ficciones de argumentos conocidos y olvidados.
Y es cuando las fábulas se independizan. Descubren la posibilidad de expandirse sin limitaciones. De llegar a comarcas inexploradas, de recorrer mares con navíos frágiles, de remontarse en barriletes sin hilo que los unan a la superficie. Y los argumentos conocidos se desmadran y concluyen diferentes al recordado. Insólitos parlamentos se confunden en otros ya declamados por distintos personajes, se mezclan y se disuelven en otros originales nunca estrenados.
Los rostros se esfuman dentro de sueños emergentes. La mente escarba en busca de mojones que le señalen placer. Eluden marcas de dolor, de desasosiego, Se sumergen en rescates cómodos que antaño le brindaron deleite. Tratan de reencontrarse con sonrisas ingenuas que los conduzcan por vías placenteras. Hoy, las sombras fuertemente definidas en un amanecer previsible, prometen hedonismo. Sin garantía, sin horarios. 08/02/2013 Hedonismo
Una mancha dorada se extiende por un cielo celeste. Opaca. Sin forma definida se desplaza ascendiendo, buscando el cenit. Trata de desalojar rápido la oscuridad ya en retroceso. Quiere enviarla al olvido, que tendrá poca duración menos de un día. Y va contagiando a la ciudad de claridad. Los edificios van absorbiendo colores y devolviendo tonalidades grises con ribetes amarillos que lo cruzan en diagonales verticales.La luz va ocupando espacio. Los rayos se demoran en obstáculos y trazan en el suelo contornos oscuros, figuras definidas por ausencia. Alargadas, finas, estiradas hasta donde llegan. Se proyectan sobre aceras de colores pálidos bañados por la semi penumbra corta, sobre avenidas delgadas, sobre edificios que juegan a las escondidas sin esquivarse.Y transeúntes traviesos persiguen los bordes dibujados en el suelo. Con pasos distraídos recorren los senderos diseñados por finas líneas que separan luz y oscuridad. Hacen equilibrio sin asomarse al vértigo de la altura. Cambian de rumbo sorteando obstáculos. Acompañan el sombreado al encogerse mientras el sol avanza. Buscan interpretaciones imaginativas que les permita liberar la mente de la prisión de la rutina. Interpretan líneas asociándolas a recuerdos lejanos. Trazan relaciones caprichosas con recuerdos que desean abandonar su anonimato.Cada uno genera su universo en bing bang individuales. Universos paralelos que no interactúan, que se ignoran, que se excluyen. Cada paseante libera construcciones fantásticas, de diseño extraído de cada historia pasada, de cada experiencia. Castillos, quebradas, mares, navíos, cavernas. Habitados y frecuentados por seres extraños o viejos conocidos. O aguardando que toquen a su puerta y recorran sus habitaciones. Esperan que la remembranza sin orientación, recrea ficciones de argumentos conocidos y olvidados. Y es cuando las fábulas se independizan. Descubren la posibilidad de expandirse sin limitaciones. De llegar a comarcas inexploradas, de recorrer mares con navíos frágiles, de remontarse en barriletes sin hilo que los unan a la superficie. Y los argumentos conocidos se desmadran y concluyen diferentes al recordado. Insólitos parlamentos se confunden en otros ya declamados por distintos personajes, se mezclan y se disuelven en otros originales nunca estrenados.Los rostros se esfuman dentro de sueños emergentes. La mente escarba en busca de mojones que le señalen placer. Eluden marcas de dolor, de desasosiego, Se sumergen en rescates cómodos que antaño le brindaron deleite. Tratan de reencontrarse con sonrisas ingenuas que los conduzcan por vías placenteras. Hoy, las sombras fuertemente definidas en un amanecer previsible, prometen hedonismo. Sin garantía, sin horarios.